sábado, 16 de abril de 2011

Me gustaría entenderlo

No entiendo esa manía que tengo de destruir todo lo que me da la vida. Creo que es una especie de masoquismo. No me gusta llorar, no entiendo por qué lo hago. Últimamente hago demasiadas cosas sin saber por qué demonios las hago. Y no lo entiendo, no lo entiendo. Siento que seas tú, la razón de mi vida, quien tenga que padecerlo. Porque cuanto mas te duele a ti más me muero yo. Y no me crees, yo tampoco lo haría. Pero me muero y no quiero hacerlo. Está bien, deja de hacer entonces esas cosas, de comportarte de un modo tan extraño. Antes eras dulce y simpática conmigo, ¿por qué ahora te vuelves amarga y monótona? pensarás o dirás. No lo sé. Quiero volver atrás y hacer que desaparezcan los momentos en los que quemo un poco de nuestro amor. Me encanta el olor de las cerillas, no puedo evitar ir hacia ellas, y cuando las tengo en la mano, en lugar de quemar lo malo, cierro los ojos disfrutando del olor y sin quererlo quemo lo bueno. Arden las ilusiones y se reducen a cenizas cuando lo único que quiero es disponer de todo mi tiempo para pensar en ti, para demostrarte lo mucho que te quiero y para llevarte a tu rincón favorito de Madrid.

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